Hola!
Como prometí aquí les dejo mi trabajo de
Adictos a la escritura de este mes, en el que tenía que elegir una de las tres escenas con elementos fuera de lugar. La que yo elegí es:
Un asalto a mano armada. Elementos fuera de lugar: un cachorro, un globo y un payaso.
Espero les guste!
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Todos los días, de
vuelta a mi casa desde el trabajo, cruzaba al lado de un callejón que siempre
mantenía vacío, el día de halloween no fue la excepción. Iba temprano a la
fiesta de mi hermana, a quien siempre le había gustado hacer este tipo de cosas
en cualquier día que se podía celebrar.
No me gustaba mucho ese
callejón, así que me propuse a caminar rápido mientras cruzaba y a pesar de ser
de día, se veía oscuro y no me daban muchas ganas de averiguar qué era lo que
se escondía allí. Pero me detuve en seco al escuchar un llanto, era agudo y muy
fuerte, miré a mi alrededor esperando ver si alguien también lo escuchaba, pero
todos los transeúntes a su alrededor seguían caminando tan inmersos en sus
pensamientos, que no parecían notarlo. Estuve un minuto esperando a que alguien
hiciera algo, pero nada. No soporté y agarré mi bolso con fuerza y caminé hacia
el fondo del estrecho callejón.
Busqué con la mirada
hasta que me encontré con un cachorro de labrador que chillaba y temblaba en una
esquina, apenas me vio, se acurrucó más. Miré a mi alrededor, y al confirmar de
nuevo que no había nadie, me acerqué a él lentamente.
De pronto, sin que yo
me moviera mucho, el cachorro empezó a gruñir en mi dirección, me quedé quieta
como una estatua, pero a quien él gruñía no era yo, era a alguien a mi espalda,
no tuve ni un segundo para reaccionar porque alguien me tomaba por detrás,
traté de gritar, pero la garganta se me cerró y no pude producir ningún sonido.
—
Más vale que te quedes calladita si no
quieres tener que salir de aquí en pedacitos—dijo una voz masculina, rasposa y
gruesa en mi oído.
Al instante sentí que
algo puntudo me tocaba en un costado, no me costó mucho imaginar que era un
cuchillo lo que amenazaba mi vida, los ojos se me llenaron de lágrimas, temía
más por mí, que de lo que podían robarme.
Sentí cómo, mientras me
sostuvo por el cuello con un brazo, trataba de quitarme el bolso, que no
importaba cuánto él me lo jalara, yo lo apretaba con más fuerza a pesar de que
en mi cabeza me gritaba a mi misma que se lo diera y que intentara salir
corriendo. Y cómo algún tipo de venganza, él apretaba mi cuello con más fuerza
y empezaba a hacérseme difícil respirar.
—
No seas terca, mi amor—susurró el ladrón
a mi oído. En ese instante sí que quería llorar con ganas.
El ladrón gritó de un
momento a otro y me soltó, di un suspiro ahogado cuando el aire volvió a entrar
a mis pulmones. Me di la vuelta en seguida esperando ver por dónde escapar,
pero la imagen que tenía ante mi era tan bizarra que en ese instante creí haber
perdido el conocimiento.
El cachorro le mordía
el tobillo al ladrón, y lo más sorprendente es que había un hombre con una
extraña cicatriz al lado del ojo derecho, como en forma de luna, que ahorcaba
al otro tipo con la cuerda de un globo rojo y brillante. Resaltaba además porque llevaba ropa ancha y
de colores, unos zapatos enormes, una peluca rizada y esponjada, además de la
típica nariz roja. El ladrón trataba con todas sus fuerzas quitárselo de
encima, pero el payaso, más grande y fuerte, evitó que eso sucediera.
—
Llama a la policía—exclamó el payaso.
Tuve que hacer acopio
de toda mi fuerza para poder reaccionar, estaba en shock y me creía en
demencia. Saqué el celular del bolso a duras penas, las manos me temblaban como
si me pasara corriente por las venas. Balbuceé dónde me encontraba a la señora
que me contestó al marcar el número de emergencias, mientras veía cómo el
ladrón se desmayaba.
—
¿Está muerto?—pregunté en un hilo de
voz.
—
No, pero tendrá un buen dolor de cabeza
cuando despierte—el payaso recogió al cachorro del suelo y le susurraba cosas
sobre cuán valiente era. El perro le respondía moviendo la cola—¿Estás bien?—Dirigiendo
su mirada hacia mi.
Me miré la camisa y el
pantalón, pasé una mano por mi cabello y tuve que morderme para no ponerme a
llorar, las manos aún me temblaban y tuve que hacerlas un puño para no
demostrarlo. Así que simplemente asentí con la cabeza. El payaso levantó una
ceja más no dijo nada, sólo se acercó y me entregó al cachorro. Al principio el
cachorro se tensó un poco, pero cuando le acaricié la cabeza, se dispuso a
lamerme el rostro, no pude evitar soltar unas lágrimas, pero esta vez era de
alegría. Estaba bien.
Minutos después llegó
el sonido de las sirenas junto a un par de policías que se llevaron el cuerpo
inconsciente del ladrón. Nos hicieron preguntas y luego nos dejaron ir, no pude
evitar reírme cuando los policías no podían evitar parecer confundidos por la
procedencia de mi rescate. Busqué a mi salvador cuando terminé de hablar con el policía,
pero él ya no estaba.
Sin saber qué más
hacer, me fui a casa de mi hermana, todos me recibieron con emoción al escuchar
mi historia, más aún teniendo al cachorro, pero hubo algunos que no me creyeron
y honestamente no me importaba, quería al menos darle las gracias a ese payaso
y me apenaba no haberlo hecho.
Una hora más tarde, de
pronto, mientras jugaba con el cachorro, este salió corriendo sin explicación
alguna, lo seguí a duras penas entre la gente, tratando de evitar que lo
pisaran, tarea difícil dada la cantidad de gente. El cachorro chocó con una
persona y empezó a juguetear con sus pies, mantuve mi vista fija en él para no
perderlo de vista.
—
…Lo siento, cuando acabó fiesta de
disfraces fui a cambiarme, pero hubo un robo y... — le decía el chico a mi
hermana, y al parecer él acababa de notar al cachorro a sus pies. Lo levantó.
—
Perdona, es el primer día que lo tengo
—dije levantando mi mirada al chico.
Abrí los ojos por la
sorpresa al ver que él tenía una cicatriz en forma de luna justo al lado de su
ojo derecho. No dije nada, era tal vez el chico más apuesto que haya visto en
mi vida, y más aún porque no llevaba su ropa de payaso, llevaba ropa casual y
he de admitir que le quedaba mucho mejor. Mi hermana, al parecer notando lo
obvio, me sacó del trance al presentarme a Tom, el amigo de su novio y mi
salvador, con quien terminé pasando esa noche… y muchas más.
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Gracias por leer ! ^^