Hoy quiero mostrarles el ejercicio de este mes de Adictos a la Escritura. Escribimos un texto de 100 palabras y otra persona tenía que terminarlo por nosotros. A mi me correspondió terminar el escrito de Hada Filipaldi del blog Besos Voraces (Dale click para visitarlo).
Aquí les dejo la entrada en la que ella completa mi parte, de manera espectacular debo añadir. De verdad que me encantó: Adictos a la escritura: El desafío. Fase 2.
Este texto fue un reto para mi, como algunos de ustedes ya sabrán, no escribo mucho -para no decir nada- de batallas y cosas por el estilo. Aún así este fue una oportunidad interesante para cambiar de género y probar nuevos temas y estilos. Admito que lo disfruté mucho, espero haberle hecho justicia. Ahora sí, he aquí el escrito. (Lo que está en azul lo escribió Hada Filipaldi :D)
***********************************************************************
Calíope
atravesaba el cielo sobre su caballo alado. Grandiosa, imperturbable, con la
seguridad que dan cientos de victorias en el campo de batalla. No era una
diosa, más bien sabía que alguna deidad le tenía envidia por ser tan bella como
fiera. Su ejército luchaba enfebrecido contra las tropas de Tritón, sedientos
de las recompensas que esperaban tras la batalla. Y es que ella era una
capitana muy complaciente.
Descendió
apretando en el lomo a su corcel, y fue entonces cuando lo vio. La ira hizo
mella en su cuerpo y cayó en picado hacia allí, sintió como el viento golpeaba
su rostro mientras cabalgaba, pero su fiereza era tal, que no le importó ni un
poco.
A
penas aterrizó, se dio una pausa a la batalla, el ejército enemigo, tan poco
acostumbrado a su presencia y por ende a su belleza sobrenatural, fueron
distraídos el tiempo suficiente para que los otros pudieran tomar ventaja. Esa
era una estrategia ya conocida por la mayoría de sus enemigos, pero por mucho
que lo intentaban, nunca podrían estar preparados lo suficiente para no
sentirse hipnotizados por ella, y ese era su poder más inofensivo.
Acostumbrada
a este proceso, Calíope cabalgó hasta llegar a su destino, este estaba en el
centro de la lucha, donde Tritón se encontraba de pie y sonriente, como si
supiera que sin dar batalla sería el vencedor. Él sabía lo que venía, la
desafiaba con su mirada y eso fue suficiente para que le hirviera la sangre. Se
bajó del Pegaso y le dio órdenes para que estuviera en la zona. El animal, de
impresionante inteligencia, asintió y alzó el vuelo.
Caminando
con sigilo, como un león a punto de saltar hacia su presa, esquivó unos cuantos
golpes ingenuos que intentaban inútilmente lastimarla. Llegó intacta a unos
pasos de Tritón.
- - ¿De
nuevo aquí? –dijo con una sonrisa pícara- No pensé que me extrañaras tanto.
Sin responder,
blandió su espada y la empuñó a sólo unos centímetros del cuello de Tritón, no
iba a permitir que sus palabras la hirieran de nuevo, si pudiera, lo dejaría
sin lengua para siempre, sabía que sin ella, no podría usar su caracola y usar
las olas del mar en su contra. Podría volver a navegar de nuevo. Sus tropas
tendrían la victoria.
Aún así, no
podía ser tan ilusa, Poseidón jamás la perdonaría por herir de esa forma a su
hijo y sin importar cuánto odiara a Tritón, el dios de los océanos era una de
las pocas personas que ella no querría molestar, no por miedo, eso nunca, ella
sólo lo respetaba lo suficiente para no molestarlo. Simplemente dejaría a
Tritón herido para que pudiera pasar por el pequeño estrecho que la separaba de
la libertad de esa isla maldita.
Con ese
pensamiento en mente, atacó con todas sus fuerzas, el sonido chirriante de sus
espadas era como si una tormenta se diera lugar en medio de la batalla.
Para los seres
inmortales el tiempo era irrelevante, era probable que hubieran seguido
luchando por horas, incluso días y ninguno jamás moriría. Una parte de Calíope
se preguntaba qué sentido tenía haber luchado con Tritón durante tantos siglos,
se sentía como algo que jamás fuera a terminar. ¿Eso era lo que quería hacer el
resto de su eternidad? Tal vez no, pero su determinación en ese instante estaba
con sus hombres, que tantos sacrificios habían hecho y por ella, es que estaban
allí, su promesa había sido con ellos y con las recompensas que obtendrían al salir
y llegar al otro lado.
Una nueva fuerza
recorrió su cuerpo como fuego abrasador, fue lo necesario para hacer que Tritón
tropezara y ella estuviera encima de él.
- - No
puedes vencerme. Mi padre te castigará por esto.
Cobarde, pensó
Calíope. De nuevo, no dijo nada y simplemente levantó su espada y con toda su
energía golpeó la caracola de Tritón. Hecha por Hefesto, su espada, como la
lava, destruía todo a su paso. En esta ocasión, el pequeño dispositivo se
partió en mil pedazos y fue suficiente para que Tritón gritara de horror. Esa
era la única de su tipo, probablemente sería otro el que sería castigado por
Poseidón. Sintiéndose indefenso sin su arma más poderosa, Tritón, como un
gusano, se soltó de ella y corrió para lanzarse al mar.
- - Me
alegra que nuestra visita haya terminado –dijo Calíope triunfante y respirando
fuertemente con la victoria y los gritos de euforia de sus hombres a sus
espaldas.
Sin un líder,
las tropas de Tritón fueron fáciles de arremeter, Calíope se sintió de buen
humor y dejó vivir a la mayoría con la condición de que darían todas sus
provisiones de manera pacífica. Ver cómo subían comida, armas y piedras
preciosas fue causa para hacerla sonreír al imaginarse la cara que debía tener
Tritón, estaba satisfecha, pero sabía que él no se quedaría cruzado de brazos. El
pensamiento la llenó de expectativa, tal vez no era la forma más adecuada de
vivir para una musa, pero la batalla le daba más vida que cualquier pedazo de
ambrosía. Con orgullo sabía que la verdadera lucha estaba por comenzar.
************************************************************
Espero que les haya gustado, en especial a la autora que ideó el principio de la historia.
No olviden comentar !
Hasta la próxima !
Pdta: Subiré lo de Alí y Nino pronto, el tiempo no me ha dado para hacerlo bien.