febrero 24, 2013

Proyecto de Febrero: Fuera de Lugar


Hola! 

Como prometí aquí les dejo mi trabajo de Adictos a la escritura de este mes, en el que tenía que elegir una de las tres escenas con elementos fuera de lugar. La que yo elegí es: Un asalto a mano armada. Elementos fuera de lugar: un cachorro, un globo y un payaso. 

Espero les guste!
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Todos los días, de vuelta a mi casa desde el trabajo, cruzaba al lado de un callejón que siempre mantenía vacío, el día de halloween no fue la excepción. Iba temprano a la fiesta de mi hermana, a quien siempre le había gustado hacer este tipo de cosas en cualquier día que se podía celebrar.

No me gustaba mucho ese callejón, así que me propuse a caminar rápido mientras cruzaba y a pesar de ser de día, se veía oscuro y no me daban muchas ganas de averiguar qué era lo que se escondía allí. Pero me detuve en seco al escuchar un llanto, era agudo y muy fuerte, miré a mi alrededor esperando ver si alguien también lo escuchaba, pero todos los transeúntes a su alrededor seguían caminando tan inmersos en sus pensamientos, que no parecían notarlo. Estuve un minuto esperando a que alguien hiciera algo, pero nada. No soporté y agarré mi bolso con fuerza y caminé hacia el fondo del estrecho callejón.

Busqué con la mirada hasta que me encontré con un cachorro de labrador que chillaba y temblaba en una esquina, apenas me vio, se acurrucó más. Miré a mi alrededor, y al confirmar de nuevo que no había nadie, me acerqué a él lentamente.
De pronto, sin que yo me moviera mucho, el cachorro empezó a gruñir en mi dirección, me quedé quieta como una estatua, pero a quien él gruñía no era yo, era a alguien a mi espalda, no tuve ni un segundo para reaccionar porque alguien me tomaba por detrás, traté de gritar, pero la garganta se me cerró y no pude producir ningún sonido.

            —    Más vale que te quedes calladita si no quieres tener que salir de aquí en pedacitos—dijo una voz masculina, rasposa y gruesa en mi oído.

Al instante sentí que algo puntudo me tocaba en un costado, no me costó mucho imaginar que era un cuchillo lo que amenazaba mi vida, los ojos se me llenaron de lágrimas, temía más por mí, que de lo que podían robarme.

Sentí cómo, mientras me sostuvo por el cuello con un brazo, trataba de quitarme el bolso, que no importaba cuánto él me lo jalara, yo lo apretaba con más fuerza a pesar de que en mi cabeza me gritaba a mi misma que se lo diera y que intentara salir corriendo. Y cómo algún tipo de venganza, él apretaba mi cuello con más fuerza y empezaba a hacérseme difícil respirar.

          —    No seas terca, mi amor—susurró el ladrón a mi oído. En ese instante sí que quería llorar con ganas.

El ladrón gritó de un momento a otro y me soltó, di un suspiro ahogado cuando el aire volvió a entrar a mis pulmones. Me di la vuelta en seguida esperando ver por dónde escapar, pero la imagen que tenía ante mi era tan bizarra que en ese instante creí haber perdido el conocimiento.

El cachorro le mordía el tobillo al ladrón, y lo más sorprendente es que había un hombre con una extraña cicatriz al lado del ojo derecho, como en forma de luna, que ahorcaba al otro tipo con la cuerda de un globo rojo y brillante.  Resaltaba además porque llevaba ropa ancha y de colores, unos zapatos enormes, una peluca rizada y esponjada, además de la típica nariz roja. El ladrón trataba con todas sus fuerzas quitárselo de encima, pero el payaso, más grande y fuerte, evitó que eso sucediera.

          —    Llama a la policía—exclamó el payaso.

Tuve que hacer acopio de toda mi fuerza para poder reaccionar, estaba en shock y me creía en demencia. Saqué el celular del bolso a duras penas, las manos me temblaban como si me pasara corriente por las venas. Balbuceé dónde me encontraba a la señora que me contestó al marcar el número de emergencias, mientras veía cómo el ladrón se desmayaba.

       —    ¿Está muerto?—pregunté en un hilo de voz.
       —    No, pero tendrá un buen dolor de cabeza cuando despierte—el payaso recogió al cachorro del suelo y le susurraba cosas sobre cuán valiente era. El perro le respondía moviendo la cola—¿Estás bien?—Dirigiendo su mirada hacia mi.

Me miré la camisa y el pantalón, pasé una mano por mi cabello y tuve que morderme para no ponerme a llorar, las manos aún me temblaban y tuve que hacerlas un puño para no demostrarlo. Así que simplemente asentí con la cabeza. El payaso levantó una ceja más no dijo nada, sólo se acercó y me entregó al cachorro. Al principio el cachorro se tensó un poco, pero cuando le acaricié la cabeza, se dispuso a lamerme el rostro, no pude evitar soltar unas lágrimas, pero esta vez era de alegría. Estaba bien.

Minutos después llegó el sonido de las sirenas junto a un par de policías que se llevaron el cuerpo inconsciente del ladrón. Nos hicieron preguntas y luego nos dejaron ir, no pude evitar reírme cuando los policías no podían evitar parecer confundidos por la procedencia de mi rescate. Busqué a mi salvador cuando terminé de hablar con el policía, pero él ya no estaba.

Sin saber qué más hacer, me fui a casa de mi hermana, todos me recibieron con emoción al escuchar mi historia, más aún teniendo al cachorro, pero hubo algunos que no me creyeron y honestamente no me importaba, quería al menos darle las gracias a ese payaso y me apenaba no haberlo hecho.

Una hora más tarde, de pronto, mientras jugaba con el cachorro, este salió corriendo sin explicación alguna, lo seguí a duras penas entre la gente, tratando de evitar que lo pisaran, tarea difícil dada la cantidad de gente. El cachorro chocó con una persona y empezó a juguetear con sus pies, mantuve mi vista fija en él para no perderlo de vista.

        —    …Lo siento, cuando acabó fiesta de disfraces fui a cambiarme, pero hubo un robo y... — le decía el chico a mi hermana, y al parecer él acababa de notar al cachorro a sus pies. Lo levantó.
        —    Perdona, es el primer día que lo tengo —dije levantando mi mirada al chico.

Abrí los ojos por la sorpresa al ver que él tenía una cicatriz en forma de luna justo al lado de su ojo derecho. No dije nada, era tal vez el chico más apuesto que haya visto en mi vida, y más aún porque no llevaba su ropa de payaso, llevaba ropa casual y he de admitir que le quedaba mucho mejor. Mi hermana, al parecer notando lo obvio, me sacó del trance al presentarme a Tom, el amigo de su novio y mi salvador, con quien terminé pasando esa noche… y muchas más.

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Gracias por leer ! ^^
 


13 comentarios:

  1. Me ha gustado muchísimo, Angie.
    La verdad es que visualizar la escena del robo ha sido un tanto angustioso y a la vez muy divertido =D.
    Enhorabuena
    Un besin

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  2. Buen relato. Tan solo decirte que repites en dos frases seguidas que los deja ir la policía.

    Un beso.

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  3. Has enlazado perfectamente los hechos, manteniendo un clima de suspenso.
    Saludos

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  4. Hola :) Qué bien lo has enlazado todo. Se te ha escapado un acento en un mas ( que tú has puesto como más ).
    Gracias por comparirlo con nosotros.
    Besitos^^

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  5. Muy divertido y una buena historia de amor. Me ha gustado mucho. Saludos

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    1. Gracias!
      Quería escribir más de ellos dos... Dos hojas no me alcanzó -.-"

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  6. Angie: Pues ganaron los asaltos con respecto a los otros dos temas. Lo malo es que repitieron el argumento "el payaso que salva a la asaltada, etc, etc"
    Bueno con algunas variaciones, las historias entretienen.
    Cariñosamente : Doña Ku

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  7. Hola Angie;
    Pues nada, ¿qué decirte? Me ha gustado cómo has llevado la narración y, sobre todo, el final tan sorprendente. Robo y romance. Muy bueno.

    Saludos.

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    1. Muchas gracias por comentar!
      Por fin pude escribir algo de romance XD Me alegra que te haya gustado! :')

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